El edificio entero es de ladrillo cocido. Tiene cinco torres cilíndricas adosadas al muro principal; en el centro del circulo interior, en el patio, una fuente. Sobre el tejado sobresale una pequeña torre de ventilación. Todo el conjunto se abastecía del agua procedente de las montañas vecinas mediante un qanat.
Pasar la noche en un lugar con tanta historia y en medio del desierto, mirar la puesta del sol y el cielo estrellado nocturno, hacerse una idea de cómo era la vida de los mercaderes de la Ruta de Seda en las caravanas mercantes, todo en un lugar rehabilitado con detalles decorativos vistosos y bastante cómodo será una experiencia totalmente nueva y genuina. Tal vez, la recuperación de estos viejos edificios junto con la oferta de rememorar los tiempos de la Ruta de la Seda, sea una de las mejores vías para desarrollar un turismo más activo y muy respetuoso con el entorno. En cualquier caso, pernoctar en Zeinoddin es una experiencia inolvidable y altamente recomendable.
Uppersia ofrece viaje en vivo a Irán (14 días) para disfrutar de una cultura y paisajes diferentes.
Interior del caravasar de Zeinoddin |
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